7 de febrero de 2012

Ellas

Ayer tuve una suerte extraordinaria, fue algo totalmente prodigioso! Cuando os lo cuente os parecerá que no tiene nada de especial, algunos incluso penséis que es una tontería, pero creerme cuando os digo que para mi fue milagroso. Precipitada me dirigía a la estación por miedo a perder mi tren cuando me dí cuenta que ya era más tarde de lo que debería y que estaba de más correr de aquella manera...Cuando al fin llegué habían cancelado la mitad de los trenes debido a las intemperies del clima..decidida a esperar me senté en un banco y me puse a observar: alegrías, tristezas, despistes...pero sobretodo mucho frío. Congelada me encaminé a la máquina de bebidas calientes, pero que desilusión!!!!! No había manera de sacar nada en claro de aquella locomotora! Me quedé justo delante, indignada...como desafiando al artilugio. Muchos otros también cayeron en el cepo, que desengaño... Pero justo cuando todos pensábamos que no había remedio alguno para entrar en calor llegó él. Vestido de uniforme azul marino, manchado de grasa y demás...y con él ese sonido, ese tintineo, ellas...las llaves de aquel maravilloso aparato!!!! Todo se resolvió en cuestión de segundos, pues poco después cogí el chocolate y el tren de vuelta a casa.


-petite folle-

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